Antonio
Machado
Como se
fue el maestro
la luz
de esta mañana
me
dijo: van tres días
que mi
hermano... no trabaja.
¿Murió?... Sólo sabemos
que se
nos fue por una senda clara,
diciéndonos: Hacedme
un
duelo de labores y esperanzas.
Sed
buenos y nada más, sed lo que he sido
entre
vosotros: alma.
Vivid,
la vida sigue,
los
muertos mueren y las sombras pasan,
llevan
quien deja y viva el que ha vivido.
¡Yunques, sonad! ¡Enmudeced, campanas!
Y hacia
otra luz más pura
partió
el hermano de la luz del alba,
del sol
de los talleres,
el
viejo alegre de la vida santa.
¡Oh sí!
Llevad, amigos,
su
cuerpo a la montaña,
a los
azules montes
del
ancho Guadarrama.
Allí
hay barrancos hondos
de
pinos verdes donde el viento canta.
Su
corazón reposa
bajo
una encinta casta,
en
tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas...
Allí el
maestro un día
soñaba
un nuevo florecer de España
¡IMPORTANTE
PARA NOSOTROS!
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antes que
os retireis en paz,
orden y
armonía
¡GRACIAS!